El director de escena Antonio Saura está convencido de que, se trate de teatro profesional o aficionado, “el rigor, la pasión, la entrega y el compromiso tienen que ser los mismos”. Y bajo esa premisa se enfrentó a la primera producción de la nueva Compañía del Teatro Apolo –residente del Teatro Circo Apolo de El Algar, Cartagena–, ‘Eloísa está debajo de un almendro’, que se estrena mañana, jueves 3 de octubre, y que estará en cartel hasta el domingo (información sobre las entradas, aquí).
La agrupación, creada hace unos meses, nació con el objetivo de “facilitar la práctica escénica de los vecinos de El Algar, con prioridad de los alumnos de la escuela de intepretación y de los socios del teatro”. En este caso, sin embargo, el abanico se ha abierto aún más para lograr reunir a la treintena de actores que integran el variado reparto de la que Saura califica como “la obra cumbre” de Enrique Jardiel Poncela, “el gran autor cómico del teatro español”.
‘Eloísa está debajo de un almendro’ es –añade el también director de Alquibla Teatro– “una comedia muy inteligente con la que el autor desmonta todo el teatro cómico anterior; una comedia con vocación de drama, porque dos familias están intentando descubrir qué pasó con Eloísa, y que está llena de situaciones absurdas que huyen de los tópicos”.
Recuerda Antonio Saura que este texto lo escribió Jardiel Poncela en el año 1940, “recién terminada la Guerra y, por tanto, en un momento de miseria, depresión y tristeza”. “Que una obra así tuviera éxito entonces es algo muy difícil de concebir, pero el autor tenía esa capacidad de aportar fantasía, de permitir ‘escapar’ al espectador a través de un humor inteligente”, añade.
Sin embargo, lo que más le atrae al director de esta “locura dramatúrgica llena de misterio y de personajes y relaciones muy extrañas”, lo que confiesa que le “fascina”, es “la historia de amor de Mariana y Fernando –interpretados por Pilar González y Andrés Flores–, unos personajes muy complejos que, además, son los únicos que no tienen momentos cómicos. Y eso tiene un mérito especial”.
Un reparto entregado
Saura no ahorra elogios para el reparto del montaje que se estrenará mañana y en el que se mezcla “gente con experiencia y otros que es la primera vez que se suben a un escenario”, por lo que también ha sido muy importante y enriquecedora “la labor pedagógica” del director. “Era importante equilibrar el nivel interpretativo, que ha resultado ser muy alto gracias, sobre todo, a la pasión y entrega de todos los actores”, apunta este director que confiesa estar “obsesionado con el trabajo coral”. “Presto la misma atención a todos los actores, porque sin esos pequeños papeles, no se puede alcanzar un nivel de excelencia”, sentencia.
Con este variado reparto –la edad de los intérpretes va desde los 9 años del botones (Francisco José Paredes) a los más de sesenta de otros participantes–, El Algar recupera, después de 45 años, el sueño de tener una compañía propia que está dirigida por Mercedes García y que nace con la intención de crear un repertorio fijo al que ir añadiendo un nuevo montaje cada año. Y Saura está orgulloso de haber sido “convencido” –aunque confiesa que no les costó mucho– para dirigir este estreno.
Proyectos con Alquibla
Una vez finalizado el trabajo con la Compañía Teatro Apolo, Saura volverá a centrarse en su propio proyecto, Alquibla Teatro. La compañía murciana, que ahora está también realizando talleres de interpretación en Alcantarilla, Murcia, El Algar y Molina de Segura, sigue girando con su exitoso espectáculo ‘La casa de Bernarda Alba’ –al menos hasta marzo de 2014– y con ‘Cabaret Chin Pun’. Además, tiene previsto empezar el año que viene a montar una nueva obra que aún es un misterio y habla, de nuevo, con pasión. “Somos unos privilegiados, no nos podemos permitir más de un día de ‘bajón’”, afirma Saura. Las artes escénicas y el teatro no pasan, desde luego, por su mejor momento, pero Alquibla ha logrado lo más difícil, sobrevivir, a pesar de la morosidad de algunos ayuntamientos y de una subida del IVA que ha sido “un grave error”.
Y no entiende Saura que no se estén haciendo en España cosas que apenas acarrean coste, como sería abrir los espacios municipales a las compañías de artes escénicas. “Es muy grave que haya infraestructuras culturales cerradas, es una gran irresponsabilidad por parte de los políticos… Si no hay presupuesto, que favorezcan las residencias, que hay muchas compañías ensayando en naves en unas condiciones que no son óptimas. Pero parece que algunos no se dan cuenta de que estas salas no son suyas, sino de los ciudadanos”, lamenta Saura, convencido de que “el público que tarda años en ganarse se pierde con solo estar tres meses sin programación, y ese es un lujo que el teatro no se puede permitir”. Así que sabe que la única opción que queda es, como siempre, seguir luchando.
¡AMÉN!