Su apellido ya lo revela. La actriz y directora Elvira Pineda –nieta del actor Cecilio Pineda– creció entre bambalinas, entre versos del Tenorio, y conoce a la perfección el texto escrito por Zorrilla a mediados del siglo XIX. Cada año, aborda su puesta en escena con respeto… Y sin miedo. Es consciente de “su gran riqueza”, pero también de que “hay partes que se repiten mucho”, así que ha optado por dejarlo en 130 minutos para dotar al texto de “mayor agilidad y frescura”.
Esta es una de las principales características del ‘Don Juan Tenorio’ que la Compañía Teatral Amigos del Tenorio pondrá hoy en escena en el teatro Capitol de Cieza, segunda parada –la primera actuación fue el pasado 26 de octubre en Cabezo de Torres– de una gira que también recalará este mes de noviembre en Elche (mañana), en Alhama (sábado), Bullas (día 8) y Lorca (el día 9) y que seguirá llevando versos de amor por el resto de España más adelante. Además, el lunes 4 de noviembre (20.30 h.), la compañía también representará algunas escenas de la obra en el Club Taurino de Murcia.
La directora de la compañía, que lleva desde 2007 poniendo también en pie otras obras clásicas como ‘El lindo don Diego’, ‘Entre bobos anda el juego’ y ‘El lazarillo de Tormes’, destaca asimismo el reparto de 33 intérpretes que llevará de nuevo a escena ‘Don Juan Tenorio’ –varios de ellos pertenecientes a la familia Pineda–; unos actores “que están en la edad de sus personajes” y que dan una imagen “fidedigna” también por su físico: “Nadie se puede creer a un don Juan que no sea ni gallardo ni calavera, y tiene que medir como mínimo 1,85… ¿Alguien imagina a Dustin Hoffman, por muy buen actor que sea, haciendo de don Juan?”, se pregunta riendo.
Laura Miralles, nueva doña Inés
El actor Edgar López Martín es, por cuarto año consecutivo, el encargado de dar vida al mítico personaje de don Juan, aunque asegura que cada vez es diferente: “Todos los años nos rompemos la cabeza para perfilar el personaje, y siempre descubrimos cosas nuevas. Este año, don Juan es si cabe más canalla al principio y mucho más propenso al amor en la segunda parte, donde intenta buscar con más fuerza esa redención a través de doña Inés”.
Junto a él, Laura Miralles se enfrenta por primera vez a un personaje que reconoce que, al principio, le daba “mucho respeto” y hasta un poco “de impresión”. “Doña Inés es una mujer muy valiente, pero es también un personaje con una expresividad muy sutil, un poco hacia dentro –explica–, y fue muy importante en los ensayos ese trabajo para sacar todos los matices, para poder expresar el sentimiento tan grande que tiene con tan poco –con el hábito, apenas se le ve el rostro y las manos–”.
Ellos son los que encabezan un reparto en el que la propia directora interpreta el papel de Brígida y que cuenta también con un amplio equipo técnico que ayuda a que este Tenorio “ágil pero clásico” sea “muy fidedigno”. Explica Pineda que la música está compuesta por piezas del siglo XVI –cuando transcurre la acción– cuidadosamente seleccionadas por Manuel Mª Albarracín, y avanza también que parte de la escenografía se representa con ocho proyecciones.
Detalles que ayudan a que el espectador quede atrapado por un texto que destaca, según apuntan los protagonistas, “por su intensidad, su vida”. “El público no se aburre nunca –afirma López Martín–, y vive el amor de don Juan y doña Inés con una intensidad que creía perdida. Vivimos en la cultura del zapping y en las relaciones pasa un poco lo mismo; cambiamos de una relación a otra y parece que no estamos predispuestos a enamorarnos tanto, aunque en el fondo a todos nos encanta ver estas cosas, pensar que existe un amor tan puro”.