¿QUIÉN ES EL SEÑOR SCHMITT?
- COMPAÑÍA: Barco Pirata Producciones
- AUTOR: Sébastien Thiéry
- VERSIÓN Y DIRECCIÓN: Sergio Péris-Mencheta
- ESCENOGRAFÍA: Curt Allen
- ILUMINACIÓN: Valentín Álvarez
- INTÉRPRETES: Javier Gutiérrez, Cristina Castaño, Xabier Murua, Quique Fernández y Armando Buika
- LUGAR y FECHA: Teatro Romea, Murcia / 29 de septiembre
¿Luchar como salmón río arriba o dejarse llevar por la corriente? ¿Pelear por quienes queremos ser o aceptar lo que otros ven en nosotros como una verdad absoluta? En ese difícil equilibro entre quiénes creemos y queremos ser, quiénes somos y quiénes creen los demás que somos –perdonen el galimatías así de primeras– andamos a diario… persiguiendo al señor Carnero o cayendo en las garras del señor Schmitt.
En medio de ese caos existencial nos coloca con su última obra el director, productor y actor Sergio Peris-Mencheta, quien ha demostrado ya sobradamente su talento, su valentía y su buen ojo y que ahora se rinde a la comedia con ‘¿Quién es el señor Schimitt?’, un texto de Sébastien Thiéry que también, como todos nosotros, encierra más de una cara, viajando al thriller y rozando la tragedia.
Con las entradas agotadas para este estreno nacional y un Romea lleno hasta el paraíso arrancaba el sábado oficialmente la temporada de los teatros en Murcia –prometedor inicio–. Y de la mano de Juan Andrés Carnero / Enrique Schmitt y de Marga Carnero / Mónica Schmitt nos permitió Peris-Mencheta meter un poco las narices en casa ajena para luego, inevitablemente, tener que asear un poco la propia. Poderes del teatro…
Un fantástico Javier Gutiérrez –sus palabras, sus silencios, su actitud, sus movimientos– y una no menos eficaz Cristina Castaño, tirando a insoportable al comienzo –“¡Por Dios, Juan Andrés! ¡Juan Andrés, por Dios!”– e inquietantemente serena después, dan vida a esta pareja que no tiene teléfono hasta que empieza a sonar en la estantería. Que creen saber quiénes son hasta que empiezan las preguntas, las dudas, los juicios y los prejuicios, las mentiras, los anhelos propios y las exigencias de los demás.
Disfrazada de comedia del absurdo, ‘¿Quién es el señor Schmitt?’ va mutando hacia la tragedia existencialista. Un disfraz que a veces entorpece y desdibuja, sobre todo con unos personajes secundarios demasiado caricaturescos, ese agobio vital que acompaña al protagonista durante toda la obra y que debería estar aún más presente también en el estómago del espectador… Helando más a menudo la sonrisa al ver que las cosas también mutan sin explicación ante sus ojos y reconociéndose en ese personaje atrapado en un mundo que no quiere, que le resulta ajeno, que se niega a aceptar. Siendo conscientes de que, como el señor Carnero, no todos somos capaces de escuchar, y aceptar, lo que de señor Schmitt tenemos. La mierda que guardamos. Las imperfecciones que disimulamos y las cicatrices que escondemos.
Una verdad que no sabemos si sale de nosotros o de los demás –¿o será que no lo queremos saber?–; que no tenemos claro si nace de no haber conseguido ser lo que soñamos, de no aceptar lo que somos o de lo que las circunstancias nos hacen a veces ser. De ser… o de no ser…. Una verdad que afrontamos a veces luchando y otras dejándonos llevar. Y a la salida del teatro, sin focos y sin guion, a cada uno le tocará decidir.
Crítica publicada en el periódico ‘La Opinión de Murcia’ el 1 de octubre de 2018