Alquibla representa hasta mañana en el Teatro Circo Murcia el drama de Benavente ‘La Malquerida’
“‘La Malquerida’ es una tormenta de pasiones llevadas al límite”, afirma el director de escena Antonio Saura. Una tormenta de pasiones que se refleja a la perfección sobre el escenario gracias al montaje que la compañía Alquibla Teatro estrenó en el Festival de Teatro de San Javier el pasado verano y que hasta mañana representa en el Teatro Circo Murcia.
“Cargada de violencia en su acción y crueldad en sus personajes”, la obra de Jacinto Benavente “aporta el escalofrío que debe producir la tragedia sobre el espectador”, añade Saura, quien considera este texto “la génesis de los dramas lorquianos”. Alquibla, que ya emocionó al público con ‘La casa de Bernarda Alba’ aspira ahora de nuevo, con el texto del dramaturgo madrileño, “a conmocionar al espectador, aportándole una experiencia parecida a un fuerte golpe, no doloroso, que resulta liberador y terapéutico… Apostando por un teatro que agite conciencias y que saque al espectador de la pasiva comodidad de su butaca”, añade el director de escena.
Para lograrlo en ‘La Malquerida’, la compañía murciana, que acaba de cumplir 30 años de trayectoria, ha creado “una puesta en escena con un ritmo frenético”. Un ritmo que casi corta la respiración, que hipnotiza. Derrochan energía sobre el escenario los actores de este montaje, conscientes, como lo es Saura, de que la pasión y la locura en la que se envuelven los personajes se alimentan de ella.
Pasiones tormentosas que “se encuentran en el origen mismo de la conducta humana y en el origen mismo del teatro… con sus 2.500 años de antigüedad”. Y pasiones, en el caso de la obra de Benavente, que “abren interrogantes que produce miedo responder, relacionados con la pasión por lo prohibido, por lo no aceptado y pecaminoso, por el anhelo oscuro de la satisfacción del deseo”, añade Antonio Saura, satisfecho también de haber reunido sobre el escenario a gran grupo de actores.
Esperanza Clares (Raimunda), Manuel de Reyes (Esteban) y Allende García (Acacia), que ya dio vida, con idéntica intensidad, a Adela en ‘La casa de Bernarda Alba’, son los protagonistas de esta tragedia, las tres piezas centrales de una historia de amor, pasión y dolor, de deseos imposibles, censurados. Completan el reparto Lola Martínez (Juliana), Julio Navarro Albero (Eusebio), Luis Martínez Arasa (El Rubio) y el joven Óscar Albert (Norberto). Intérpretes en los que recuerda Saura que se funden “la pasión –en este caso por el teatro–, la técnica y el talento” y que conducen al espectador por esta dura y exigente historia.
Con una sencilla escenografía y una iluminación que juega a favor del dramatismo del texto y que envuelve las escenas, Alquibla ha huido del costumbrismo con el que suele representarse a Benavente. La adaptación de la filóloga Alba Saura, además, ha permitido la disminución del número de personajes, la reducción de ciertas escenas y la limpieza de vulgarismos en el habla de los protagonistas. Una adaptación que demuestra al espectador del siglo XXI que “‘La Malquerida’ es una de las más importantes creaciones teatrales del siglo XX, a la altura de los mejores textos de Valle-Inclán, Arniches, García Lorca, Jardel o Mihura. Un clásico –añade Saura– que hay que visitar con más frecuencia”. Hasta mañana, hay oportunidad de hacerlo, de descubrirla o redescubrirla, en el Teatro Circo Murcia.