Lleva tres años y medio en Cartagena y quiere “dejar algo” en la ciudad. Insiste en el valor de la cultura, apuesta por la colaboración entre creadores y afirma que un artista no es sino “un obrero del teatro y de las artes plásticas que tiene que saber escuchar”. Cree en las utopías.
Jesús Nieto confiesa que vive en “un mundo irreal”, pero su proyecto, la compañía de teatro Onírica Mecánica, es una realidad que sigue creciendo. A sus autómatas con alma ya no les basta con el garaje en el que Nieto trabajaba desde su llegada a la ciudad, y a él tampoco le cabían allí todas sus ideas. Por eso han decido mudarse a una nave de más de 400 metros cuadrados a las afueras de la ciudad; a un espacio que ayudará a paliar el “vacío de creación contemporánea que hay en la ciudad” y que mañana se inaugura.