“¿Qué nos pasa a los seres humanos que nuestros conflictos a lo largo de la historia son siempre los mismos?”, se pregunta Sara Casasnovas, menuda, de voz potente y dulce. Esta noche y mañana, sobre los escenarios de Cartagena y Murcia –en la obra ‘Paradero desconocido’–, la actriz será Griselle, una suerte de maestra de ceremonias de una historia de amistad pero también de venganza, de ambición, de cómo el miedo nos cambia y hasta el ser más encantador puede convertirse en un monstruo. Es una tragedia, un texto sobre el nazismo… Pero sus protagonistas –Casasnovas, Juanjo Artero y Juanjo Cucalón– aseguran, y les avala la respuesta del público, que “no es una historia más sobre el nazismo”.
Un personaje ‘nuevo’
El personaje de Griselle –cuenta la actriz– presenta “una faceta de dualidad”: “Es un hada etérea que pone sus pies en la tierra como una mujer que ve y padece este genocidio y que detona el conflicto de la función”. Ella es –resume Juanjo Artero– “el pegamento que da sentido a todo lo que ocurre”. Su personaje no tenía voz propia en la novela epistolar que Katherine Kressman Taylor publicó en 1938, pero Laila Ripoll, responsable de la versión y de la dirección, ha decidido dársela, que Griselle aparezca como un personaje clave en lugar de que solo se hablara de ella.
En este sentido, Artero hace hicapié el buen trabajo de adaptación de esta producción de Andrea D’Ododrico, que ha logrado transformar una novela epistolar, a menudo recitada por dos actores delante de un atril, “en un espectáculo con aire de cabaret” que, gracias a las proyecciones –de documentales y noticiarios de la época– y, sobre todo, a la música en directo –la pianista Rosa Blanco–, tiene “mucha magia”. Un montaje “muy bien armado y muy bonito a pesar del sabor amargo”.
Miedo y manipulación
‘Paradero desconocido’ parte de la historia de dos amigos que tienen una galería de arte en San Francisco. Uno de ellos decide regresar a Alemania y, coincidiendo con el ascenso de Hitler, va cambiando su personalidad y la relación con su compañero.
El montaje, apunta Juanjo Cucalón, evidencia “la capacidad de manipular del ser humano, cómo con cuatro medias verdades hay gente que se puede aprovechar de momentos de crisis y de miedo”. Una situación que tiene similitudes con lo que ocurre en la actualidad, con el ascenso de partidos de extrema derecha y extrema izquierda en algunos países.
“Estamos mal, pero que no nos vendan la burra, que no ganen los extremos… Tenemos que pensar que hay mucha gente que hace las cosas bien y que podemos votar cada cuatro años. Y no hay que olvidar que la muerte de un ser humano siempre es absurda”, recuerda por su parte Juanjo Artero.
“El miedo es terrible, y no sabemos cómo podemos llegar a actuar cuando tengamos hambre… Es un virus que cualquier manipulador que entienda de química de laboratorio puede potenciar, cualquier perturbado… Y eso es verdad que asusta, pero hay que pensar que no estamos tan mal”, añade el actor.
Su compañero de escenario, Cucalón, hace también su advertencia: “¡Cuidado con los iluminados!”, y avanza que ‘Paradero desconocido’ avisa “de lo de siempre, lo más importante… Si no tenemos cuidado, la historia se puede repetir“.
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Paradero desconocido se representa esta noche en el Nuevo Teatro Circo de Cartagena (21.30 h. / 22 y 18 euros) y mañana en el Teatro Circo Murcia (21.30 h. / 15, 12 y 10 euros).