‘RACCONTO’
- COMPAÑÍA: Mayumana
- LUGAR: Teatro Romea, Murcia
- FECHA: Jueves, 20 de noviembre
Antes de cometer una locura, piénsese usted bien si llevar a sus hijos a ver a Mayumana al Teatro Romea de Murcia. Puede que pierda parte de su batería de cocina –no creo que la advertencia de “no intenten hacerlo en sus casas” sirva de mucho– y, sobre todo, es posible que tengan que luchar durante años contra la realidad de que sí, es posible ganarse la vida ‘aporreando’ cubos de basura. Muy bien ‘aporreados’, ¡eso sí!
Los propios integrantes del grupo de percusión israelí hablan en su espectáculo ‘Racconto’ del “privilegio de poder dedicarse a lo que uno ama”. Llevan casi veinte años llenando de ritmo teatros de todo el mundo y más de siete millones de espectadores han dado palmas, han movido la cabeza, un pie o lo que se tercie con sus espectáculos. Y precisamente para celebrarlo, crearon este espectáculo que repasa su trayectoria en un momento en el que apuestan por el futuro y deben, por tanto, enfrentarse al reto de buscar nuevas fórmulas para no repetirse y seguir sorprendiendo.
En ‘Racconto’ hay un poco de todo. Los diez integrantes de Mayumana bailan, cantan, hacen reír –bueno, no demasiado, pero lo intentan– y, sobre todo, logran sonidos impensables con objetos imposibles. Ayudados por un equipamiento técnico impecable, los bailarines/cantantes/músicos demuestran su talento sacando ritmo y música de cubos de basura, de un bote de cristal en un recipiente con agua –los mejores números–, de tuberías, vallas, aletas y, por supuesto, de sus propios cuerpos.
Esos son, sin duda, los mejores momentos de un show deslavazado –es el peligro de los ‘grades éxitos’– en el que Mayumana juega con las grabaciones, las proyecciones y las repeticiones; donde también se tocan instrumentos ‘normales’ y donde el componente audiovisual, el baile y la canción tienen un peso importante. Quizá demasiado. Porque lo que prefiere el público es disfrutar cuando, sincronizados a la perfección, los artistas ‘juegan’ sobre el escenario golpeando cualquier objeto.
Buenafuente –bueno, su voz– es el encargado de ir narrando la evolución de la compañía. Va dando pinceladas de la historia del grupo y sus logros –a veces con demasiados datos y sin chispa–, pero no esperen encontrar un hilo argumental en ‘Racconto’ porque no lo hay. O no lo hay al menos en un descafeinado Buenafuente, porque, sin duda, el hilo conductor de Mayumana, de su último espectáculo y de sus lustros sobre los escenarios, es el ritmo. Un ritmo con el que hay que nacer –además de trabajar, claro–. Y las intervenciones del público lo demuestran –¡ay!–, porque los murcianos voluntad le ponemos, pero poco más… Quizá es que nuestros padres no nos dejaron expresar libremente nuestra creatividad, así que mejor olviden lo del principio, lleven al niño al Romea y regálenle un juego de ollas bien resistente, porque Mayumana sigue demostrando que se pueden llenar teatros y ganarse la vida de maneras que ni podíamos imaginar.
PUBLICADO EN EL PERIÓDICO ‘LA OPINIÓN’ EL 21 DE NOVIEMBRE