‘BUENA GENTE’
- AUTOR: David Lindsay-Abaire
- DIRECTOR: David Serrano
- INTÉRPRETES: Verónica Forqué, Juan Fernández, Pilar Castro, Malena gutiérrez, Diego Paris
- LUGAR: Teatro Romea de Murcia
- FECHA: Sábado, 7 de noviembre
“Voy a tener suerte, voy a tener suerte”, repite como un mantra Margarita, sentada en el bingo y con su nuevo búho como amuleto. Hace poco que la han despedido de la tienda de ‘todo a un euro’ por llegar tarde, pero es que no puede dejar sola a su hija, cuarentona pero que nació con una discapacidad que le impide ser independiente. Hay gente buena con mala estrella. Y lo contrario también, por mucho que nos joda. Ojalá existiera la justicia divina, el ‘al final todo se arregla’… Pero no tiene pinta, porque hay por ahí demasiadas Margaritas tratando de sobrevivir, sorteando zancadillas, cayéndose de bruces una y otra vez y, eso sí, volviéndose a levantar. Cualquier cosa con tal de no acabar durmiendo en el cajero… Que la realidad de quien tiene peor suerte aún amenaza de cerca.
‘Buena gente’ está protagonizada por una de estas ‘estrelladas, Margarita, una Verónica Forqué que hace muchos años que se ganó a un público que la adora, que llena teatros y al que sigue conmoviendo y conquistando, espectáculo tras espectáculo, con su trabajo, con esa facilidad para saltar de la comedia al drama y con ese don –que a veces tiene que fastidiar, a mí no me digan– de hacer reír solo con aparecer en escena. Ella es, sin duda, lo mejor de este montaje en el que interpreta a una mujer de barrio marcada por la mala suerte. Muy burra, políticamente incorrecta, deslenguada, tozuda y preguntona… Pero noble y bonica a rabiar.
Nos dice el programa de mano que ‘Buena gente’ es “una de las obras más premiadas y aclamadas en Broadway”. Y bueno… No vi yo la cosa para tanto. Escrita por el ganador del Pulitzer –eso sí, por otro texto– David Lindsay-Abaire, está perfectamente adaptada a nuestra realidad de barrio por David Serrano, tiene momentos divertidos y plantea al público reflexiones, aunque de forma un poco superficial, como qué papel juegan la suerte y el esfuerzo para convertir a alguien en triunfador o fracasado. Los cambios están bien resueltos, exprimiendo la escenografía sin retrasar la acción. Pero a pesar de eso, el ritmo sigue siendo irregular y casi todas las escenas acaban resultando repetitivas.
Los actores cumplen y sobreviven a ‘La Forqué’. A su altura, una gran Malena Gutiérrez como Gloria, igual de burra que Marga, igual de buena gente pero más retorcida y con un lado más macarra que llega a su punto álgido con el cardado de su ‘look binguero’. Y cierra este casi esperpéntico trío, que da buenos momentos, una Pilar Castro más forzada a quien a veces no le termina de fluir la sesentona macarra pero que demuestra su versatilidad convirtiéndose después en la pija que vive en Los Chopos.
El reparto masculino lo conforman Diego Paris (Luisito) y Juan Fernández (Raúl), a quien le toca bregar con el personaje menos agradecido… Porque la gente que triunfa pero que reniega de sus orígenes no cae bien, ni el teatro ni en la vida. Para él, Margarita es un incómodo bofetón de realidad que llega para desestabilizar aún más su felicidad de cartón piedra. Porque al final resulta, como a veces también pasa en la vida –a veces, no nos emocionemos–, que el triunfador no lo es tanto y la de la mala estrella, aunque no cante bingo, tiene también su golpe de suerte.
Crítica publicada en el periódico ‘La Opinión de Murcia’ el 9 de noviembre de 2015