’100% TRICICLE’
- Compañía: Clownic
- Guión y dirección: Marc Monserrat
- Actores: Xevi Casals, Eduard Méndez y Gerard Doménech
- Lugar: Teatro Circo Murcia
- Fecha: Sábado, 19 de octubre
Gran parte de la magia que tiene el teatro viene de esa sensación de estar asistiendo a algo irrepetible, a un espectáculo que probablemente no volverás a ver pero que, si te llega a las tripas, si te toca algo –ya sea a través de la risa o del drama–, revivirás una y cien veces en la memoria. Eso sí, a veces seguro que sería muy decepcionante volver a ver algunas de esas obras que crecen en nuestra cabeza…
Yo recordaba haber llorado de risa en algún espectáculo de Tricicle –entiendan mi temor al entrar el sábado al Teatro Circo Murcia–. Y, aunque he de confesar que en esta ocasión no llegué a las lágrimas, fue fantástico volver a soltar más de una carcajada recordando sus mejores sketches. Incluso si Tricicle no es Tricicle, sino Clownic.
La compañía catalana volvió así a estar presente un año más en la Semana Grande de Cajamurcia y, hasta sin Carles Sans, Joan Gracia y Paco Mir, dejó buen sabor de boca. En esta ocasión, eran sus ‘clones’ los que rescataban algunos momentos de una larga carrera llena de pequeñas historias sin palabras que siguen manteniendo intacta su gracia y su brillantez.
Un partido de tenis, tan divertido como absurdo, abrió boca y desde el principio quedó claro que el público había llegado con ganas de reírse. El trabajo gestual de los tres actores es fantástico, no en vano han tenido a los mejores maestros, pero ya con la raqueta en la mano destacaba Xevi Casals, genial al volante de su coche imaginario. Eduard Méndez tiene también su gran momento convertido en un torturador con plato y tenedor en mano –¡qué sencillo, qué crueldad y qué risa!– y Gerard Doménech hace llorar a más de uno intentando encender su cigarrillo.
En las butacas de cine, los tres actores protagonizan el momento más brillante de la función, con un sketch de ritmo vertiginoso en el que todo está calculado al milímetro. Como azafatas de vuelo –repartiendo… bueno, lanzando periódicos de ‘La Opinión’, por cierto– revolucionan al público y convertidos en bebés en una escena que, sin duda, ya ha pasado a la historia, convencen y dejan claro que el humor Tricicle está incluso más allá de Tricicle. Y funciona. El humor limpio, inteligente, que demuestra que uno se puede reír de todo –hasta de la silla eléctrica– si se hacen las cosas bien, siempre funciona. Y Clownic, claro, igual que Tricicle, lo sabe.
Publicado en ‘La Opinión de Murcia’
Holaaaaa. Qué buenas las escenas de las butacas de cien. Fueron las mejores con diferencia. Adiooooos
¡Se agradece tanto el humor inteligente ! Y qué buenos ratos nos han hecho pasar…
No hay otro!! (no debería, al menos…) Besazo!!