‘EL POLICÍA DE LAS RATAS’
- AUTOR: Roberto Bolaño
- ADAPTACIÓN Y DIRECCIÓN: Àlex Rigola
- INTÉRPRETES: Joan Carreras y Andreu Benito
- LUGAR: Teatro Circo Murcia
- FECHA: Jueves 11 de diciembre
Pepe el Tira no es una rata cualquiera. Amante de la soledad, nunca fue como sus primos, tan felices ellos. No en vano lleva el mismo nombre que su tía, la kafkiana Josefina la Cantora, y comparte con ella la ‘maldición’ de ser distinto a los demás, aunque todos en la sociedad gris y uniformada de las ratas de alcantarilla traten de “procurarle al diferente un simulacro de comprensión y afecto”. Allí todos compadecen a las ratas artistas porque, cada día, “mueren y resucitan en el miedo”, porque están abocadas a la soledad. Como también lo está Pepe el Tira.
Recorre la rata las cloacas de la ciudad desde el escenario de la sala pequeña del Teatro Circo Murcia –en familia… ¡Qué privilegio!– Nos lleva de un pasadizo a otro la voz de Joan Carreras. Yo ya le prometí amor eterno cuando salí, vapuleada, de ’2666′. Se va borrando de mi cabeza –maldita memoria, ‘maldito’ teatro– aquel brutal primer acercamiento de Àlex Rigola a Roberto Bolaño, pero permanecerán momentos, sensaciones y la certeza de haber visto algo grande. Así que Carreras –si tú me dices ven…– puede ser una rata o lo que él quiera, que allí estaré yo para dejarme llevar por sus palabras y su mirada.
Sentado en una silla, en un escenario casi desnudo, el actor busca los ojos del espectador mientras deja fluir el texto de Bolaño. Con el talento de quien logra que no sobre ni falte nada, con el tono justo, el grito medido, la voz entrecortada y los ojos rojos en el momento preciso. Sin apenas movimientos escénicos, y junto a otro grande, Andreu Benito –el forense, el comisario, la madre…–, desvela lo que Pepe vivió en las alcantarillas y transmite el desasosiego al público. El hallazgo de “la hermosísima, fuerte e inteligente Elisa”, con el cuello desgarrado –¡aún no sé por qué no intenté llevarme esa rata a casa!–, y del cuerpo de una rata bebé muerta de hambre, sin rastros de ningún depredador cerca, desatan sus sospechas. Pero no, le repiten, “las ratas no matan a las ratas”, los animales de la misma especie no se matan entre ellos solo por placer… ¿no?
‘El policía de las ratas’ es una oda al poder del texto y la palabra, a la capacidad de seducción de dos excelentes actores, solos con su voz y sus silencios. Sin artificios ni distracciones. De la mano de una sencilla historia con personajes como esa rata blanca nacida en un laboratorio que, sabia y melancólica, anhela vivir en la luna. Poesía que se mezcla con la cruel realidad de los cadáveres. Con la cruel realidad –¿quién se acuerda ya de que hablamos de ratas?– de que las manos manchadas de sangre al transportar los cuerpos se pueden volver a manchar al encontrarse frente a frente con el asesino. Porque las ratas matan a las ratas. Y hasta quien no lo creía es capaz de hacerlo y de vivir con ello… Con la dolorosa certeza, aunque el miedo le haga morir y resucitar cada día para bajar de nuevo a las cloacas, de que ya es demasiado tarde para todo.
PUBLICADO EN EL PERIÓDICO ‘LA OPINIÓN DE MURCIA’ EL 14 DE DICIEMBRE