Tardé en encontrar mi vocación y me resisto a abandonarla. Alguien me dijo de pequeña que las carreras de ciencias tienen más salidas y le creí. Pero ya sabemos eso de que la cabra tira al monte y, aunque a mí me costó un poco –cuatro años estudiando Veterinaria–, encontré lo que quería hacer: Sería periodista.
Con lo que no contábamos los alumnos que hace ya unos años llenábamos las facultades de Comunicación es con una crisis que se llevaría por delante a media profesión. Pero cuando elijo un objetivo, no me rindo fácilmente, y me resisto a pensar que el periodismo está dejando de convertirse en una profesión para ser solo un hobby. Ya saben, esto de tener un blog para escribir en los ratos libres que dejan otros precarios trabajos –con suerte– y ayudar así a calmar un poco a la fiera comunicativa que llevamos dentro.
Busco ahora nuevas ideas, nuevas vías, nuevos caminos por los que seguir creciendo como periodista, aunque aún estén por construir. Y me gustaría que la que muchos dicen que es –me resisto a decir que fue– la profesión más hermosa del mundo estuviera en mi caso relacionada con el mundo del teatro, mi otra pasión. Por eso nace ‘El palco de Julieta’, un espacio que pretende ser una ventana por la que asomarse al mundo teatral de la Región de Murcia, aún desconocido para muchos. Y un pequeño paso hacia un futuro que acaba de empezar.
He trabajado como redactora en ‘La Opinión de Murcia’ desde 2005 hasta este 2013 –¡ay!, la crisis–, y durante casi todo ese tiempo he formado parte de la sección de Cultura, además de escribir las críticas de teatro. No voy a hablar aquí del horario, del sueldo, de la presión, del caos de una redacción… Cualquier periodista, pareja, familiar o amigo de periodista sabe eso. Y también conocerá la pasión que hace que, cada día, al salir de una inacabable jornada, uno no pueda dejar de hablar de periodismo, de seguir pensando historias que contar y de intentar arreglar el mundo con los compañeros en el bar de la esquina. No quiero perder esa pasión. Sigo buscando. ¿Me acompañan?